La inversión física logró un crecimiento de 17.9 por ciento anual en el primer semestre de este año, reflejo de las obras de infraestructura del Gobierno de México y las primeras señales del impacto del nearshoring.
Este es el incremento más pronunciado para una primera mitad de año desde 1993, en cifras ajustadas por estacionalidad, año en que inician los registros de los indicadores trimestrales de la oferta y demanda y del ahorro bruto que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y además fue el principal motor de crecimiento de la economía en el primer semestre
Al interior, la inversión pública reportó un incremento de 15.7 por ciento anual entre enero y junio, su primer dato positivo para un mismo periodo desde 2018 y el más sólido desde 2008, según cifras ajustadas por estacionalidad.
Del lado de la inversión privada, esta mostró un crecimiento más pronunciado, del orden de 18.1 por ciento anual, su mejor comportamiento para un primer semestre desde 1998.