Los analistas económicos han señalado que la economía mexicana está experimentando un notable dinamismo en el último período. Este crecimiento se atribuye a varios factores fundamentales que están impulsando la recuperación económica del país tras la pandemia de COVID-19.
Uno de los principales catalizadores de este dinamismo es la recuperación económica post-pandemia que México ha experimentado en los últimos meses. La resiliencia de la economía y el aumento en la demanda interna, especialmente en el consumo, están contribuyendo significativamente a este proceso de recuperación.
Otro factor clave que ha impulsado el crecimiento económico es el efecto del ‘nearshoring’, estrategia que ha llevado a empresas manufactureras y de servicios a reubicarse cerca de Estados Unidos. La proximidad geográfica de México a su vecino del norte ha facilitado la colaboración económica y el comercio, lo que ha llevado a un aumento en la inversión extranjera y oportunidades de empleo en el país.
Sin embargo, en contraste, se espera que Estados Unidos experimente una pérdida de dinamismo debido a políticas de restricción monetaria implementadas por la Reserva Federal. Estas políticas, destinadas a controlar la inflación y alcanzar objetivos económicos específicos, podrían tener un impacto en las tasas de interés y, en última instancia, en la inversión y el gasto de los consumidores.